miércoles, 17 de septiembre de 2008

fabulas chinas


EL HOMBRE QUE NO VIO A NADIE

 

Había una vez un hombre en el Reino de Qi que tenía sed de oro. Una mañana se vistió con elegancia y se fue a la plaza. Apenas llegó al puesto del comerciante en oro, se apoderó de una pieza y se escabulló.

         El oficial que lo aprehendió le preguntó:

         - ¿Por qué robo el oro en presencia de tanta gente?

         - Cuando tomé el oro – contestó –, no vi a nadie. No vi más que el oro

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